La zarza (rubus fruticosus) es un arbusto que puede alcanzar los cinco metros de altura.
Lo más característico de esta planta es que posee aguijones endurecidos que actúan como disuasores en el caso de querer pasar a su través, razón por la que su cultivo es abundante como protección de fincas frente a incursiones humanas o de ganado.
Las hojas están formadas por cinco lóbulos dentados, de tamaño irregular y borde dentado; el haz de las mismas es verde y el envés un poco más blanquecino.
De su fecundación se obtiene la conocida mora, que botánicamente es una drupa, jugosa, de color muy oscuro, con numerosos fructículos que poseen sendas semillas.
a recolección de los frutos se realiza en los meses de verano, cuando están completamente maduros. En cuanto a las hojas, se procede a efectuar la recolección en los meses de primavera.
Contiene taninos que le dan acción astringente y antidiarreica, por lo que se emplea en diarreas y a nivel externo en heridas y ulceraciones cutáneas, con la subsiguiente mejoría de las mismas.
También contiene azúcar, pectina, inositol, ácido láctico, ácido oxálico y vitamina C, que en conjunto le proporcionan una acción diurética, hemostática e hipoglucemiante, razón por la que se emplea en casos de diabetes, reumatismo, urolitiasis, oliguria, hemorroides...
Su empleo también es efectivo en casos de estomatitis, vaginitis, faringitis, gingivitis y neuralgias, ya que se considera que posee buenas propiedades antiinfecciosas gastrointestinales.
Como consumirla
Para realizar la decocción, se añaden 35 gramos de hojas desecadas a un litro de agua hirviendo, dejándolo en contacto durante dos minutos en ebullición; posteriormente, una vez retirado del fuego, se deja en contacto durante diez minutos y se agita.
Luego se filtra, obteniendo con ello un líquido del que se pueden tomar hasta tres tazas al día.
Con el extracto fluido se emplean cuarenta gotas en medio vaso de agua antes de cada comida para paliar de esta forma dolores y neuralgias.
Uso tópico: se añaden 20 gramos a un litro de agua, dejándolo hervir durante dos minutos.
Una vez filtrado, el líquido resultante se aplicará sobre las heridas mediante el uso de compresas o preparando lociones. Asimismo, se emplea en enjuagues y gargarismos en caso de afecciones faríngeas. Por otra parte, este líquido se puede emplear en casos de vaginitis como irrigación vaginal.