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Capuchina o llagas de cristo

Usos medicinales: El componente más importante de esta planta es un glucósido que al descomponerse libera una sustancia llamada isotiocianato de bencilo; este compuesto puede resultar irritante gástrico. En las hojas encontramos ácido ascórbico (vitamina C). Y en las flores aparecen pigmentos del grupo de las carotinas y una materia colorante llamada sorbusina. Todas estas sustancias confieren a la capuchina propiedades antibioticas, balsámicas, expectorantes, antiescorbúticas y aperitivas. Como antibiotico, se ha comprobado que es activo frente a gran número de gérmenes, entre los que cabe destacar estafilococos, estreptococos y salmonella. Además, los componentes de la planta se eliminan en gran proporción por la orina y en menor cantidad a través de los pulmones. Por esta razón se aprovechan sus propiedades en infecciones agudas en las vías urinarias y de los bronquios. También es muy buena para la prevención de la caída del cabello y, además favorece su crecimiento. Infusión: se añade a una taza de agua hirviendo una cucharada pequeña de la planta troceada; se puede tomar 2 ó 3 tazas al día. Jugo fresco: a partir de hojas frescas se recoge un puñado, se lavan bien y se machacan en un mortero. Posteriormente se exprime el máximo del zumo posible que se debe beber en ayunas -unos 100 gramos por toma- por lo menos durante 15 días. Infusión de uso externo: para fricciones capilares, se prepara una infusión con 2 gramos de capuchina por cada 100 gramos de agua.