La sabina (juniperus sabina) da nombre a un conjunto de especies del género juníperos, caracterizadas principalmente por tener pequeñas hojas a manera de escamas. Son arbustos de poca altura, siempre verdes. En el dorso de las hojitas hay unas glándulas cuyo contenido sale y brilla al exterior.
De la recolección interesan las ramitas tiernas, aunque al tratarse de una planta tóxica la mejor forma de aprovecharla es emplearla simplemente como especie ornamental.
Atención: es una planta tóxica que no debe usarse más que en determinados casos y siempre bajo estricto control facultativo.
Las sumidades tiernas de sabina contienen cantidades elevadas de una esencia de color dorado pálido o a veces incolora.
Si se comen accidentalmente, lo primero que se nota es un sabor dulce y resinoso, pero más tarde comienzan los efectos irritantes en labios y mucosa.
Es una esencia que inflama labios y piel de manera notoria.
Se considera planta abortiva, pero no porque ejerza ninguna acción específica sobre el útero, sino porque congestiona de tal modo todo el bajo vientre, que llega a provocar la expulsión del feto; pero lo hace a dosis tan altas que normalmente antes de morir el feto suele morir la madre.
Esta planta no debe utilizarse nunca para elaborar ninguna fórmula magistral.
Su uso queda totalmente reservado a personal especializado, aunque tampoco estos deberían usarla, porque existen plantas con iguales o mejores efectos enenagogos, estimulantes o carminativos, que no presentan los posibles efectos secundarios de la sabina.
Como se trata de una planta tan toxica no voy a dar ninguna forma de uso casero con ella.