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Usos del choclo o maiz

El grano de maíz contiene glúcidos o hidratos de carbono, proteínas y grasas, además de minerales y oligoelementos (sobre todo flúor) Emoliente y protector de la mucosa intestinal: el maíz y su harina, gracias a su total carencia de gluten, resultan de gran utilidad para quienes padecen celiaquía, y en general para los niños que sufren de mala absorción intestinal o diarreas crónicas. Actualmente, en el caso de los lactantes, se recomienda empezar la dieta de transición, de leche sola a la que incluye harina de cereales , con papillas de maíz o arroz, que al carecer de gluten, se toleran mejor que las de trigo o cebada o centeno, que si lo contiene. Frenador del metabolismo: el maíz relentiza la actividad de la glándula tiroides, y por lo tanto frena el metabolismo. Se recomienda a los hipotiroideos y a los convalecientes, anémicos y desnutridos, como reconstituyente. Es útil en las dietas de engorde. El maíz combinado con otros cereales, con leguminosas o con leche, resulta un alimento muy nutritivo, que contribuye a suplir las necesidades proteínicas de la dieta Reducción del colesterol: el aceite que se extrae del germen de maíz es muy rico en ácidos grasos insaturados, por lo que conviene a quienes tienen exceso de colesterol en la sangre. Externamente, la harina de maíz se aplica en cataplasmas calientes sobre los riñones en caso de cólico renal, así como sobre la vejiga urinaria en caso de cistitis. Su efecto se potencia si se usan conjuntamente con la infusión de estilos