La hierba de Santiago (senecio jacobaea)es una planta herbácea, conocida desde hace tiempo por sus propiedades tóxicas, sobre todo entre el ganado.
Tiene una cepa corta y gruesa, de la cual arrancan numerosas raíces blancas poco profundas.
Los tallos son rollizos y casi leñosos en la base.
Las hojas son de figura alargada y tienen gajos muy profundos que casi llegan a la vena principal.
En la sumidad de la planta se alzan los ramilletes de cabezuelas, cada una con su botón central.
Es una planta vistosa.
Florece en la época de más calor.
De la recolección interesa la planta entera, aunque como hemos mencionado anteriormente se trata de una planta especialmente tóxica, por lo que su recolección debe dejarse en manos expertas.
Además, es una especie de la cual se han identificado muchas variedades, aunque todavía no muy bien estudiadas, por lo que no se puede descartar que algunas de ellas sean incluso más peligrosas.
En la composición de la hierba de Santiago se han encontrado flavonoides, taninos, un principio amargo y diversos alcaloides esteroídicos, responsables de su acción tóxica.
Las acciones farmacológicas más importantes de esta planta se refieren a sus efectos como venotónico, emenagogo y antidismenorreico.
Pero no debemos olvidar que la planta es tóxica: así, se sabe que en el ganado produce importantes lesiones hepáticas y que asimismo estas afecciones las puede provocar en el hombre.
Por tanto, esta hierba debe dejarse en manos expertas y cuando la prescriba un médico habrá de hacerlo durante períodos cortos o curas discontinuas.
Siempre hay que recordar que su uso debe estar supeditado a personal especializado; por tanto, debemos olvidarnos de los posibles usos domésticos de que nos hablen.
Como consumirla
Infusión. Una cucharada de postre por taza de agua hirviendo. Se recomienda no tomar más de tres tazas al día.
Extracto fluido. De 10 a 25 gotas, repartidas en tres tomas.