El trigo y la harina integral que se deriva de su molienda, son una fuente de fibra, vitaminas B y E, magnesio, zinc y selenio. Consumirlos, constituye una fuente de vitalidad y de nutrientes esenciales. El trigo es el cereal más adaptado para el consumo en Occidente. Es el más rico en sales minerales y además posee un gran número de oligoelementos y vitaminas (B1, B2, B12, D, E, K, PP). Con el se elabora todo tipo de pastas alimentarias, así como platos exóticos como bulgur, cuscus y seitán.
Aplicaciones:
El trigo sarraceno: a pesar de su nombre, no es un cereal propiamente dicho. Sin embargo, su consumo es muy recomendable, ya que posee más calcio que el trigo y varios aminoácidos esenciales como el triptófano, que está presente en las proteínas animales.
Combinaciones ideales:
El trigo integra el llamado grupo de alimentos amiláceos (son cereales como el maiz, el mijo, el centeno, el arroz, la cebada y la avena). No deberían combinarse para su consumo con los alimentos del grupo proteico (de color naranja) como las legumbres, los huevos, los lácteos, las carnes, los pescados , la soja y sus derivados.