La calabacera (Cucurbita pepo L.) es una planta anual de la familia de las Cucurbitáceas, con tallo rastrero o trepador de hasta 8 metros de altura. Las hojas son muy grandes y están cubiertas de pelillos picantes. Las flores son muy llamativas, de color amarillo.
Las partes que se utilizan de esta planta son las semillas y la pulpa del fruto.
Las semillas de calabaza, también llamadas pipas, y especialmente su germen, contienen hasta un 35% de aceite; prótidos ricos en aminoácidos esenciales; y cucurbitacina, principio activo que presenta las siguientes propiedades e indicaciones:
Antiprostáticas: la afección más frecuente de la próstata, el adenoma (tumoración benigna), se manifiesta en los hombres de edad madura por: pérdida de fuerza en el chorro de la orina; polaquiuria (necesidad de orinar a menudo y solo una escasa cantidad), especialmente por la noche y después de viajes sentado; y en casos avanzados, imposibilidad completa de orinar.La cucurbitacina contenida en las semillas de calabaza actúa en particular sobre la próstata, desinflamándola y frenando su hipertrofia (crecimiento excesivo). Esto se debe a que la cucurbitacina bloquea la división de las células glandulares de la próstata (acción antimitótica), con lo que frena el crecimiento de esta importante glándula. Sin embargo, hay que tener presente que si bien las semillas de calabaza pueden frenar el crecimiento de la próstata y con ello, aliviar las molestias citadas, en ningún caso pueden hacer desaparecer el crecimiento excesivo ya formado.
Antiinflamatoria urinaria: el principio activo de las semillas de calabaza actúa asimismo sobre la vejiga de la orina, desinflamándola y relajándola. De ahí que las pipas de calabaza se hallen indicadas en caso de cistitis, infecciones urinarias, incontinencia urinaria, cistocele (desprendimiento de la vejiga urinaria), vejiga neurógena (irritación que se manifiesta por un deseo constante de orinar).
Vermífuga: La cucurbitacina actúa soltando la cabeza de la tenia (solitaria) de la pared del intestino. Resulta asimismo efectiva contra otros parásitos intestinales, como los áscaris. Una vez sueltos los gusanos, se debe administrar un purgante para favorecer su expulsión. La eficaz acción vermífuga de las semillas de calabaza se halla exenta de riesgos. Por eso las pipas de calabaza resultan ideales para los niños que sufren de parásitos intestinales, en especial tenias o áscaris (lombrices).
La pulpa de la calabaza, asada o hervida, es muy rica en glúcidos (hidratos de carbono). Es un emoliente (suavizante) de todo el conducto digestivo, y posee un ligero efecto diurético y antiinflamatorio. Conviene, pues, a quienes padecen:
Problemas digestivos, como dispepsia (digestión difícil), acidez de estómago, estreñimiento, fermentaciones o putrefacciones intestinales.
Hemorroides, por su acción suavizante y ligeramente laxante.
Afecciones renales (como tratamiento complementario): insuficiencia renal, nefritis o glomerulonefritis, edemas (retención de líquidos), cálculos renales.
Como utilizarla
Las semillas (pipas) se pueden tomar frescas, secas o cocidas, en cantidad de 50 a 100 gramos, 2 o 3 veces diarias. Cuando se usan contra los parásitos intestinales, se recomienda seguir el siguiente plan: guardar 12 horas de ayuno (tomando únicamente agua), que se inicia la tarde anterior al tratamiento; pesar 200-400 gramos de pipas con cáscara (los adultos hasta 800 gramos), que una vez peladas, se machacan en un mortero, pudiéndose añadir azúcar moreno a la pasta que se forma; repartir esta pasta en 3 porciones iguales, para el desayuno, comida y cena. No comer otra cosa en todo el día, excepto zanahoria, que también es antihelmíntica; una hora después de la tercera toma, se administra un purgante (por ejemplo, una infusión de sen o de cáscara sagrada, o sal de frutas, o un par de cucharadas de aceite de ricino); observar las heces ya que si no se ha conseguido la expulsión de los parásitos, se repite todo el proceso al cabo de 2 o 3 días.
La calabacera se conoce tambien con el nombre de auyama, ayote, pipián, purú, sapuyo, vitoriera o zapallo.
Las partes que se utilizan de esta planta son las semillas y la pulpa del fruto.
Las semillas de calabaza, también llamadas pipas, y especialmente su germen, contienen hasta un 35% de aceite; prótidos ricos en aminoácidos esenciales; y cucurbitacina, principio activo que presenta las siguientes propiedades e indicaciones:
Antiprostáticas: la afección más frecuente de la próstata, el adenoma (tumoración benigna), se manifiesta en los hombres de edad madura por: pérdida de fuerza en el chorro de la orina; polaquiuria (necesidad de orinar a menudo y solo una escasa cantidad), especialmente por la noche y después de viajes sentado; y en casos avanzados, imposibilidad completa de orinar.La cucurbitacina contenida en las semillas de calabaza actúa en particular sobre la próstata, desinflamándola y frenando su hipertrofia (crecimiento excesivo). Esto se debe a que la cucurbitacina bloquea la división de las células glandulares de la próstata (acción antimitótica), con lo que frena el crecimiento de esta importante glándula. Sin embargo, hay que tener presente que si bien las semillas de calabaza pueden frenar el crecimiento de la próstata y con ello, aliviar las molestias citadas, en ningún caso pueden hacer desaparecer el crecimiento excesivo ya formado.
Antiinflamatoria urinaria: el principio activo de las semillas de calabaza actúa asimismo sobre la vejiga de la orina, desinflamándola y relajándola. De ahí que las pipas de calabaza se hallen indicadas en caso de cistitis, infecciones urinarias, incontinencia urinaria, cistocele (desprendimiento de la vejiga urinaria), vejiga neurógena (irritación que se manifiesta por un deseo constante de orinar).
Vermífuga: La cucurbitacina actúa soltando la cabeza de la tenia (solitaria) de la pared del intestino. Resulta asimismo efectiva contra otros parásitos intestinales, como los áscaris. Una vez sueltos los gusanos, se debe administrar un purgante para favorecer su expulsión. La eficaz acción vermífuga de las semillas de calabaza se halla exenta de riesgos. Por eso las pipas de calabaza resultan ideales para los niños que sufren de parásitos intestinales, en especial tenias o áscaris (lombrices).
La pulpa de la calabaza, asada o hervida, es muy rica en glúcidos (hidratos de carbono). Es un emoliente (suavizante) de todo el conducto digestivo, y posee un ligero efecto diurético y antiinflamatorio. Conviene, pues, a quienes padecen:
Problemas digestivos, como dispepsia (digestión difícil), acidez de estómago, estreñimiento, fermentaciones o putrefacciones intestinales.
Hemorroides, por su acción suavizante y ligeramente laxante.
Afecciones renales (como tratamiento complementario): insuficiencia renal, nefritis o glomerulonefritis, edemas (retención de líquidos), cálculos renales.
Como utilizarla
Las semillas (pipas) se pueden tomar frescas, secas o cocidas, en cantidad de 50 a 100 gramos, 2 o 3 veces diarias. Cuando se usan contra los parásitos intestinales, se recomienda seguir el siguiente plan: guardar 12 horas de ayuno (tomando únicamente agua), que se inicia la tarde anterior al tratamiento; pesar 200-400 gramos de pipas con cáscara (los adultos hasta 800 gramos), que una vez peladas, se machacan en un mortero, pudiéndose añadir azúcar moreno a la pasta que se forma; repartir esta pasta en 3 porciones iguales, para el desayuno, comida y cena. No comer otra cosa en todo el día, excepto zanahoria, que también es antihelmíntica; una hora después de la tercera toma, se administra un purgante (por ejemplo, una infusión de sen o de cáscara sagrada, o sal de frutas, o un par de cucharadas de aceite de ricino); observar las heces ya que si no se ha conseguido la expulsión de los parásitos, se repite todo el proceso al cabo de 2 o 3 días.
La calabacera se conoce tambien con el nombre de auyama, ayote, pipián, purú, sapuyo, vitoriera o zapallo.