La frutilla (Fragaria vesca) es una planta vivaz de la familia de las Rosáceas, que alcanza de 5 a 20 cm de altura. Las hojas son trifoliadas, más pálidas por el envés. Sus flores son de color blanco, y tienen 5 pétalos. Los verdaderos frutos son en realidad los granitos que se hallan adheridos a la superficie de la fresa.
Las partes que interesan de esta planta son las frutas y las hojas.
Propiedades e indicaciones: la frutilla contienen diversos azúcares, sales minerales, vitaminas A, B y C, ácidos orgánicos, pigmentos, enzimas y mucílagos. Se han descubierto en ellas también pequeñas cantidades de ácido salicílico y salicilatos, sustancias similares a la aspirina, que le otorgan acción antiinflamatoria. Su jugo es uno de los productos más complejos del reino vegetal, por la variedad de sustancias que lo componen.
Tonifican y estimulan las funciones orgánicas, y depuran la sangre. Estas son sus funciones:
Depurativas y alcalinizantes: las frutillas facilitan la eliminación de sustancias de desecho, como el ácido úrico, que causan inflamación en las articulaciones y en el riñón. Son muy recomendables en caso de artritismo y de gota, causados por un exceso de ácido úrico.
Laxantes: debido a su contenido en mucílagos, facilitan el tránsito intestinal y la evacuación. Resultan indicadas para combatir el estreñimiento y el tránsito lento.
Tonificantes y remineralizantes: se recomiendan especialmente en caso de anemia, inapetencia y estados de convalecencia de enfermedades febriles o debilitantes. Abren el apetito y estimulan las funciones metabólicas.
Emolientes: aplicadas externamente sobre la piel en forma de cataplasma, las frutillas tienen una acción suavizante, limpiadora y embellecedora muy superior a la de muchas lociones químicas. Se han usado, en aplicación local, para curar los sabañones, frotando todos los días las partes afectadas (generalmente las manos) con fresas maduras.
Las hojas contienen tanino y flavonoides, que las hacen astringentes y antiinflamatorias. Se usan en los siguientes casos:
Diarreas y gastroenterocolitis, por su contenido en tanino.
Grietas de la piel y de los pezones: aplicándolas localmente sobre la zona afectada, las secan y cicatrizan.
Inflamaciones de la boca (estomatitis), de las encías (gingivitis) y de la garganta (faringitis), en enjuagues y gargarismos.
Uso: Internamente se toman en infusión. Se realiza con 40-50 gramos de hojas por litro de agua. Es de sabor muy agradable. Tomar 4 o 5 tazas diarias. Externamente, en compresas: con la misma infusión que para uso interno, pero un poco más concentrada, se empapan compresas de algodón que se aplican sobre las grietas de la piel o de los pezones. También en enjuagues bucales y gargarismos con la infusión concentrada.
Precauciones: A algunas personas sensibles la ingestión de frutillas les produce urticaria por reacción alérgica. Pueden intentar desensibilizarse, poniéndose un pedazo de fresa debajo de la lengua cada día, durante 8 o 10 días.
Las frutillas tambien reciben el nombre de amarrubia, anube, arrugui, fragaria, guindón, magueta, meruéndano, metra y fresa.
Las partes que interesan de esta planta son las frutas y las hojas.
Propiedades e indicaciones: la frutilla contienen diversos azúcares, sales minerales, vitaminas A, B y C, ácidos orgánicos, pigmentos, enzimas y mucílagos. Se han descubierto en ellas también pequeñas cantidades de ácido salicílico y salicilatos, sustancias similares a la aspirina, que le otorgan acción antiinflamatoria. Su jugo es uno de los productos más complejos del reino vegetal, por la variedad de sustancias que lo componen.
Tonifican y estimulan las funciones orgánicas, y depuran la sangre. Estas son sus funciones:
Depurativas y alcalinizantes: las frutillas facilitan la eliminación de sustancias de desecho, como el ácido úrico, que causan inflamación en las articulaciones y en el riñón. Son muy recomendables en caso de artritismo y de gota, causados por un exceso de ácido úrico.
Laxantes: debido a su contenido en mucílagos, facilitan el tránsito intestinal y la evacuación. Resultan indicadas para combatir el estreñimiento y el tránsito lento.
Tonificantes y remineralizantes: se recomiendan especialmente en caso de anemia, inapetencia y estados de convalecencia de enfermedades febriles o debilitantes. Abren el apetito y estimulan las funciones metabólicas.
Emolientes: aplicadas externamente sobre la piel en forma de cataplasma, las frutillas tienen una acción suavizante, limpiadora y embellecedora muy superior a la de muchas lociones químicas. Se han usado, en aplicación local, para curar los sabañones, frotando todos los días las partes afectadas (generalmente las manos) con fresas maduras.
Las hojas contienen tanino y flavonoides, que las hacen astringentes y antiinflamatorias. Se usan en los siguientes casos:
Diarreas y gastroenterocolitis, por su contenido en tanino.
Grietas de la piel y de los pezones: aplicándolas localmente sobre la zona afectada, las secan y cicatrizan.
Inflamaciones de la boca (estomatitis), de las encías (gingivitis) y de la garganta (faringitis), en enjuagues y gargarismos.
Uso: Internamente se toman en infusión. Se realiza con 40-50 gramos de hojas por litro de agua. Es de sabor muy agradable. Tomar 4 o 5 tazas diarias. Externamente, en compresas: con la misma infusión que para uso interno, pero un poco más concentrada, se empapan compresas de algodón que se aplican sobre las grietas de la piel o de los pezones. También en enjuagues bucales y gargarismos con la infusión concentrada.
Precauciones: A algunas personas sensibles la ingestión de frutillas les produce urticaria por reacción alérgica. Pueden intentar desensibilizarse, poniéndose un pedazo de fresa debajo de la lengua cada día, durante 8 o 10 días.
Las frutillas tambien reciben el nombre de amarrubia, anube, arrugui, fragaria, guindón, magueta, meruéndano, metra y fresa.