Papaya

La papaya (carica papaya) pertenece a la familia de las Caricáceas.
Su fruto tiene diferentes usos, tanto como fruta fresca, en jugos, en batidos, en helados, como parte de las ensaladas, dulces de elaboración casera o industriales, tanto semi verdes como maduros.
Del liquido lechoso que se obtiene de los frutos verdes, se extrae la papaina.
La papaina se usa ampliamente como ablandador de carnes, y también en la clarificación de bebidas. Tiene gran aplicación en la fabricación de caucho y también en la preparación de productos medicinales y en remedios caseros.
Es muy rica en agua y carbohidratos, contiene también muchas vitaminas, entre ellas la vitamina A o betacaroteno, las vitaminas B1, B3 y B6 que ayudan a limpiar las toxinas de la sangre.
También tiene vitamina C, calcio, hierro y magnesio.. Todo esto hace que la papaya sea una fruta ideal para prevenir accidentes cardiovasculares, enfermedades degenerativas, dolencias mentales e, incluso cáncer, además de proteger la piel de los daños producidos por los rayos del sol.
Sus propiedades terapéuticas son diversas, aunque la ingesta del fruto maduro se recomienda para el alivio en caso de problemas de digestión, acidez gástrica, enterocolitis, diabetes, reumatismo, gota, problema pulmonar, amigdalitis. faringitis, problemas cardíacos, cálculos biliares y vesiculares.
Actúa como laxante suave, debido a su contenido en fibra, por lo que combate el estreñimiento y permite regularizar en forma natural el tránsito gastrointestinal.
La papaína ayuda a digerir las proteínas.
Las semillas, ingeridas en forma fresca contienen carpesamina, un nutriente que contribuye a la eliminación de los parásitos intestinales responsables de la mayor parte de las gastritis y las diarreas crónicas.
Uno de los empleos mas tradicionales es en la cura de la acidosis, para esto lo que se recomienda es comenzar el día desayunando con papaya.

Ginseng

Originaria de Asia oriental, el ginseng (panax ginseng) ha sido desde siempre centro de numerosas creencias y actividades mágicas, en cierta forma relacionadas con su actividad farmacológica.
Su propio nombre lo define como la panacea de todos los males, y por esta razón ha sido ampliamente utilizado en la medicina tradicional oriental; desde hace relativamente poco tiempo la medicina occidental lo ha incluido en preparados reconstituyentes.
Crece en bosques montañosos, lugares húmedos y en penumbra, pero raramente se encuentra en estado silvestre.
Dependiendo de cómo se lleve a cabo su recolección y su tratamiento posterior, podemos encontrar dos formas de ginseng en el mercado, que proceden de la misma planta y que tienen las mismas propiedades, si bien el precio de mercado del ginseng rojo es considerablemente superior al del ginseng blanco.
Al ginseng blanco,  se llega por una recolección seguida de un secado de la raíz y su posterior lavado.
Al ginseng rojo se llega despues que se pone la planta en contacto con vapor de agua, para su posterior secado, lo que le da un característico aspecto rojizo y córneo.
Sus aplicaciones se derivan de la acción de unas sustancias llamadas genéricamente ginsenósidos o panaxósidos, que también poseen vitaminas del grupo B y ácido ascórbico (Vitamina C). También cuenta con polisacáridos que le confieren una acción estimulante de las defensas del organismo.
Debido a que su actividad no se debe a una única sustancia sino a varias, a la hora de empezar un tratamiento hay que comprobar que se trate de preparados estandarizados, ya que parte de estas sustancias pueden tener efectos contrarios al deseado.
Se utiliza contra la fatiga física y mental, y no se considera doping en las competiciones deportivas.
Su uso resulta también beneficioso en personas de la tercera edad, ya que mejora el estado de ánimo.
También se recomienda en personas que por su actividad se hallan sometidas a un estrés diario.
Su empleo como afrodisíaco se debe a que es un estimulante del sistema nervioso central y un estimulante sexual.
Para aprovechar al máximo sus propiedades, se necesita un tratamiento de unos quince días, no siendo recomendable un uso prolongado que exceda de dos meses, ya que puede provocar hipertensión, insomnio y erupciones cutáneas.

Como consumirlo
 
Decocción. Se consigue al introducir un gramo de polvo de raíz en un cuarto de litro de agua hirviendo durante tres minutos, y se puede tomar una taza al día.
Extracto fluido. Un mínimo de quince y un máximo de treinta gotas dos o tres veces al día, durante aproximadamente un mes, y después un descanso para retomar de nuevo el tratamiento.
Extracto seco. Se emplea desde 200 miligramos hasta un gramo al día.
Polvo de la raíz seca. De 800 miligramos a cuatro gramos al día.
Asimismo existen comercializados multitud de preparados en forma de cápsulas, ampollas, gotas con una riqueza mas o menos variable, y por tanto con una mayor o menor actividad.

Laurel

El laurel (laurus nobilis) es un arbusto de hoja perenne que se caracteriza por la presencia de hojas espesas, largas y ovales, de aspecto coriáceo. Sus frutos son bayas brillantes y de color negro. Crece en estado silvestre en zonas húmedas, sombrías y del litoral.
Entre sus componentes cabe destacar que posee ácido acético, fórmico, pelargónico, propiónico, cinámico, láurico, caproico, linoléico, oleico, lípidos, carbohidratos, fibra, calcio, potasio, magnesio, fósforo, vitamina C y B6 y ácido fólico.
Es un importante estimulante del aparato digestivo, antiespasmódico, hepático y carminativo; ayuda a aumentar las secreciones y favorecelos movimientos peristálticos contribuyendo a facilitar la digestión. Se prepara una infusión de un par de hojas en una taza de agua, se hierve durante 10 minutos y se beben 4 tazas por día.
Actúa como expectorante, fundamental para casos de bronquitis y gripe, incluidas todas las afecciones del aparato respiratorio. Se realiza una infusión empleando un puñado de hojas de laurer y se beben tres tazas diarias. Se puede usar el aceite esencial para el mismo fin, la cantidad son cuatro gotas tres veces por día.
Ayuda a combatir las enfermedades reumáticas, aliviando el dolor y desinflamando las articulaciones afectadas. Se prepara un bálsamo machacando, en un morter, un buen puñado de bayas de laurel maduras, se ponen a hervir cubiertas de agua durante unos 10 minutos y se exprimen en un lienzo, dejando enfriar el líquido. Posteriormente se recoge la capa de grasa que flota y se aplica mediante fricciones sobre la zona afectada.
Favorece la eliminación de líquido del cuerpo, siendo útil para casos de obesidad y para aquellas dolencias que requieren eliminación de agua y toxinas, cuidando de esta manera los riñones. Se hace una infusión de un par de hojas en una taza de agua durante 10 minutos y se beben 4 tazas diarias.
Regula la menstruación, disminuyendo aquellas que son abundantes y favoreciendo las que son pobres. Se prepara una infusión de un par de hojas en una taza de agua. Se toma durante siete días, antes de la menstruación, dos tazas cada día.
Resulta adecuado mpara el tratamiento externo de las afecciones de la piel, principalmente aquelas causadas por hongos como así también las provocadas por golpes, úlceras, quemaduras o acné.
Para aliviar los dolores de cabeza se recomienda aspirar el humo que emana de sus hojas incineradas.
Atención las mujeres embarazadas no deben beber la infusión de esta planta.