La caléndula o maravilla (calendula officinalis) es una planta pequeña que difícilmente sobrevive más de un año.
Las hojas se disponen de forma alterna a lo largo del tallo inclinado, y suelen tener el borde dentado, siendo las superiores un tanto carnosas y velludas. Las flores se reúnen en inflorescencias de unos 5 centímetros de diámetro, de color variable, a veces amarillas y naranjas, aunque pasan por todas las tonalidades intermedias. En condiciones óptimas de luz y sobre todo humedad, la floración se produce durante todo el año, pero si falta humedad, solo en verano. La recolección de los capítulos florales se realiza en verano, cuando éstos se encuentran totalmente abiertos. La desecación es complicada, debiendo realizarse en lugares con muy buena aireación y con muy baja humedad, hasta conseguir la desecación completa. Una vez conseguido esto, se conservarán en envases que no cuenten con elementos derivados del petróleo, como los plásticos.
Se emplea fundamentalmente como emenagogo, antiespasmódico, colerético y sudorífico. También posee propiedades antiinflamatorias, hipotensoras, antisépticas y cicatrizantes. Pero en la actualidad todavía no se han podido relacionar sus propiedades farmacológicas con su composición. Por ser una planta atóxica su empleo no tiene problemas de sobredosificación, por lo que se puede tomar en cantidades elevadas sin problemas.
Como consumirla
Infusión: Diez gramos de capítulos florales desecados en un litro de agua, infundiendo durante quince minutos; de esta preparación se pueden tomar 500 cc al día. Para dolores menstruales, se recomienda su utilización una semana antes de la aparición de la regla.
Tintura: De 1 a 2 gramos al día, con una riqueza de 1 gramo de planta por cada 5 mililitros de alcohol de 90º, se puede aplicar tanto pura como diluida sobre la lesión.
Extracto fluido: 0.3 a 0.5 gramos al día.
Para su empleo vía externa en tratamiento de heridas, úlceras, acné, picaduras de insectos, irritaciones, quemaduras superficiales, se emplea una decocción de 15 gramos de capítulos florales desecados en un litro de agua, aplicados en forma de loción o de compresas sobre la zona a tratar.
Las hojas se disponen de forma alterna a lo largo del tallo inclinado, y suelen tener el borde dentado, siendo las superiores un tanto carnosas y velludas. Las flores se reúnen en inflorescencias de unos 5 centímetros de diámetro, de color variable, a veces amarillas y naranjas, aunque pasan por todas las tonalidades intermedias. En condiciones óptimas de luz y sobre todo humedad, la floración se produce durante todo el año, pero si falta humedad, solo en verano. La recolección de los capítulos florales se realiza en verano, cuando éstos se encuentran totalmente abiertos. La desecación es complicada, debiendo realizarse en lugares con muy buena aireación y con muy baja humedad, hasta conseguir la desecación completa. Una vez conseguido esto, se conservarán en envases que no cuenten con elementos derivados del petróleo, como los plásticos.
Se emplea fundamentalmente como emenagogo, antiespasmódico, colerético y sudorífico. También posee propiedades antiinflamatorias, hipotensoras, antisépticas y cicatrizantes. Pero en la actualidad todavía no se han podido relacionar sus propiedades farmacológicas con su composición. Por ser una planta atóxica su empleo no tiene problemas de sobredosificación, por lo que se puede tomar en cantidades elevadas sin problemas.
Como consumirla
Infusión: Diez gramos de capítulos florales desecados en un litro de agua, infundiendo durante quince minutos; de esta preparación se pueden tomar 500 cc al día. Para dolores menstruales, se recomienda su utilización una semana antes de la aparición de la regla.
Tintura: De 1 a 2 gramos al día, con una riqueza de 1 gramo de planta por cada 5 mililitros de alcohol de 90º, se puede aplicar tanto pura como diluida sobre la lesión.
Extracto fluido: 0.3 a 0.5 gramos al día.
Para su empleo vía externa en tratamiento de heridas, úlceras, acné, picaduras de insectos, irritaciones, quemaduras superficiales, se emplea una decocción de 15 gramos de capítulos florales desecados en un litro de agua, aplicados en forma de loción o de compresas sobre la zona a tratar.
1 comentario:
Cuando se te ha producido una herida por algún tropezón, raspadura o cualquier pequeño accidente, que produce un escozor enorme y todavía más al rozarte la ropa con la herida, si tienes cerca alguna planta de caléndula, solo tienes que coger una o dos hojas de la planta y estrujarlas hasta que suente algunas gotitas de su jugo rojo y dejarlas caer sobre la herida. En pocos minutos se forma como una membrana sobre la herida y deja de escocer aunque la ropa roce con ella. Lo digo por experiencia propia.
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